miércoles, 3 de junio de 2015

PATRIA

(...) 
Bajo el puente, mientras llueve, una oportunidad de oro 
para verme a mí mismo: 
como una culebra en el Polo Norte, pero escribiendo. 
Escribiendo poesía en el país de los imbéciles. 
Escribiendo con mi hijo en las rodillas. 
Escribiendo hasta que cae la noche 
con un estruendo de los mil demonios. Los demonios que han de llevarme al infierno, 
pero escribiendo. 

Roberto Bolaño



Pensar y pensar. Imaginar. Escribir... escribir como salvación, como excusa para atarse de algún modo a esta vida: método de supervivencia cuando en un determinado lapso ves un poco mas allá y duele. Cuando respirar y sentir no es suficiente. Entonces, pensar e imaginar intentan matar a la palabra y es ahí cuando la palabra se defiende siendo... y al verla nacer valiente entre la amenaza todo cobra un nuevo sentido. Sentido que traspasa la ambivalencia que rodea al vocablo: la vida y la muerte motivando continuamente la tarea de escribir. El nuevo sentido de escribir, de plasmar con el ansia de la sed, renace en un secreto intocable que tal vez jamás sea descifrado.
Pero siempre la negación humana asoma dando paso al sondeo absoluto... a buscar sin reparos el porqué: el porqué de la paz en el alma, del ardor en la sangre y el escalofrío increible al encontrar la expresión justa. De sentir que el ser se deshace fascinado ante una frase construída con sangre. De alimentarse y abrigarse con libros durante horas y que eso, sólo eso, baste para saberse feliz.
El porqué de un oficio enigmático-solitario-autodidacta, que exige congelar al mundo en cualquier momento para dedicarse plenamente a su desarrollo.
El porqué de desvelar los sentidos y el instinto hasta fecundar lo que aliena al cuerpo...
...de ver en el aire de la noche durmiente como el esqueleto huye poseído en búsqueda de algún sol y, palpando el propio vacío, escribir.
Escribir.
Con silencio, con gritos, con alas pulverizadas de cansancio.
Con la dulzura febril del beso orgásmico.
Escribir cada letra como si fuese la última.
Escribir como escribiría el miedo si pudiera escribir.
Con el abismo mordiendo la sombra
escribir.

Con el amor mas profundo jamás imaginado
escribir.
Y sólo eso.
Hasta el fin.

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