La voz se va desfigurando con los años...
Los recuerdos: vaivén intermitente y caprichoso...
además, el mismo mundo de cosas en las manos de dos seres distintos
no es percibido exactamente del mismo modo.
Solo hay dos cosas inmarcesibles y poderosas que permanecen intocables, hasta para el tiempo... ambas atraviesan el silencio adentrándose en las almas:
La música y la mirada.
La primera retrotrae hasta lo mas hondo:
te avienta al pasado y te detiene en
un perfume
una sonrisa
un estremecer
un susurro orgásmico rasguñando la oscuridad
una lágrima tranquila a punto de cruzar el fuego...
La segunda es el epitafio
inefable inequívoco infinito
que escribimos en los otros.
Esta voz se apagará lentamente dentro tuyo
Ídem tu voz en mi...
Los recuerdos imprecisos, difusos, se irán y vendrán azarosamente
Así que te pido
que callemos y escuchemos esa canción de fondo,
respiremos con los ojos cerrados por un momento
y al abrirlos busquemos despertar
el único conjuro puro y verdadero
que nos acerca a la eternidad.
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