sábado, 9 de junio de 2018

CONSCIENCIA CÓSMICA



Muchas cosas cambiaron y me hicieron mejor ser humano, repleta de defectos: pero indoblegable, valiente.
Esa es la particularidad de la vida: que a medida que vas transitando sus sinuosos e inesperados caminos, vas conociendo, vas cayendo, vas sabiendo...
Hoy puedo decir que todo fue mutando
que pasé por mucho dolor al perder
que el día a día pareciera ir probándome para ver hasta donde soporto,
que entre todo el clímax mas hermoso encuentro las caídas en picada mas profundas e inimaginables...
Parte del cambio es soltar el control, soltar lo que no sirve, entender que el renacer es íntegro...
Entre tanto cambio hay virtudes que no se van ni se resquebrajan. Virtudes que de niña me fueron encomendadas y que cuido, alimento y veo crecer. Pero estas se mantienen porque son los indicios: primeros señuelos que fortalecen para lo que viene.
No soy especial por atesorarlas en mi interior, mas bien en todo caso soy
un intento de
medio, canal o instrumento de
algo realmente superior,
cuya forma de amar es hacerme caminar sobre fuego, con el alma entre las manos como una flor añil... y para demostrar su inmenso poder, el camino ígneo bajo mis pasos congela cada huella de este pisar inexperto.

Este es mi corazón latiendo en estas palabras: reconociendo su errores y su bondad...
Es la noche oscura del alma en su tramo paliativo.

No hay razón ególatra para esta reflexión, solo decirte
que la luz está dentro tuyo y que sólo vos podés hacer que crezca
que se enraíce en tu poder sempiterno...
que despierte y resplandezca
hasta ascender y fundirse
con el todo.


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